Salir de deudas, mi historia.
En mi casa me han enseñado toda la vida que las personas debemos vivir según nuestros ingresos, sin pedir prestado o endeudarnos, mis padres son gran ejemplo de ello. Pero cuando me casé, empecé a aprender cosas que antes no había experimentado como hacer rendir el dinero, pagar renta y servicios, era fácil, llegaba la quincena y pagábamos. Mi esposo y yo compartimos el deseo de vivir según lo que ganábamos pero llegó el momento en que no nos quedaba nada. Era frustrante.
Recuerdo una vez que me renovaron contrato en el trabajo, tardaron 3 meses en pagarme y cuando lo hicieron era todo junto. Nunca había visto tanto dinero, pero al hacer cuentas y pagar el arreglo del carro, un crédito de ropa y libros, solo me quedaban 300 pesos. Tal cual, fue una noche muy triste y me preguntaba por qué pasaba eso si no teníamos lujos ni salíamos muy seguido.
Pasó el tiempo y fuimos sobreviviendo, saliendo de deudas cada quincena, pero sin ahorros ni nada. Un día, se nos ocurrió que necesitábamos un auto y conseguimos un crédito sin enganche con una tasa de interés baja por medio de un fideicomiso del trabajo, entonces se nos hizo fácil tomarlo y aceptar que me descontaran el 50% de mi quincena por cuatro años.
Por esos días, yo trabajaba fuera de la ciudad, por lo que gastaba la otra mitad de mi sueldo en gasolina y sobrevivíamos con lo de mi esposo y algunos ingresos por trabajos extra, pero no veíamos la magnitud del problema, no sé por qué. Vivíamos apretados, pero estaba convencida que era culpa del gobierno y de la economía, no de nuestra mala administración y toma de decisiones.
Un día, que mi ciudad se quedó sin internet por muchas horas, recordé que tenía por ahí el libro del pequeño cerdo capitalista que alguna vez compré por recomendación y me puse a leerlo.
Fue una revelación importante para mi vida, había muchas cosas que ya sabía pero que necesitaba que me recordaran y cambiarme el chip de que todo es culpa del gobierno. Me convencí que nuestra situación financiera era resultado de malas decisiones/administración y lo mejor de todo es que había forma de solucionarlo pero requería mucha disciplina y amarrarnos el cinturón.
Para aquel entonces ya teníamos a nuestro bebé, que no nos genera grandes gastos pues toma leche materna y combinamos pañales de tela con desechables. Pero fue nuestra motivación para cambiar.
Con ayuda del libro y otros blogs que recomendaba como El Peso Nuestro y Blog y lana, pasé días enteros estudiando nuestra situación y elaborando un plan de salida.
Lo primero era identificar a dónde se nos iba el dinero y anoté por un mes todos nuestros gastos, el resultado? Gasolina y pago del carro. Como ninguno de nuestros gastos era realmente innecesario, no podíamos recortar mucho, pero si podíamos cuidar más los recursos para bajar el consumo.
El primer paso, pagar las pequeñas deudas, cancelar tarjetas de crédito y dejar de comprar pidiendo prestado a las tiendas. Fue difícil, amarrarnos el cinturón, dejar de salir a cenar y comprar ropa pero lo logramos en unos meses y estuvimos más tranquilos.
El siguiente paso y el más grande era pagar el carro, nos quedaban aún tres largos años de vivir con el 50% de mi sueldo, pero podíamos dar pagos adelantados sin penalización y con bonificación de intereses, así que en consejo familiar, decidimos abonar lo más que pudiéramos al crédito. Ahí se fueron nuestros aguinaldos, bonos, primas y un dinero que gané en una rifa, se siente feo recibir dinero e irlo a depositar inmediatamente, hay muchas tentaciones, pero lo mejor es hacerlo el mero día para no tener tiempo de gastarlo.
En este tiempo empezamos a buscar trabajitos extra para recibir una entrada más de dinero y fuimos bendecidos en varias ocasiones, no cabe duda que cuando uno está dispuesto a trabajar y cumplir una meta las puertas se abren. Todo este efectivo se iba directo al crédito.
Durante este año, recibimos muchas críticas por no comprarle ropa o juguetes a nuestra bebé de 1 año, por no traer la bolsa de moda o por invitar amigos a platicar en la casa en vez de salir, creo que más de uno nos tachó de “codos” pero nuestra meta era clara: ahorrar un poco cada mes y todo lo extra va para el carro.
Y hoy, llegó el día. Fui al banco a depositar el último pago al crédito del auto, y con eso salimos de deudas. Se siente maravilloso saber que por fin lo logramos y que somos dueños de nuestra vida, somos libres!
¿Qué haremos de ahora en adelante?
Seguir ahorrando, cuidando el dinero y huyendo de los créditos jaja.
Solo nos falta cumplir con la meta que anotamos en la agenda del pequeño cerdo capitalista: hacer un viaje familiar a Disney. ¿Lo lograremos?
Yo creo que sí.
Si quieres salir de deudas, tienes que amarrarte el cinturón, dejar de gastar y comprometerte, no es un camino fácil, pero cuando llegas a la meta es liberador.
Sigue a Sofía Macías de PeqCerdoCap, Isela Muñoz de El Peso Nuestro y Sonia de Blog y lana para inspirarte a salir de deudas.
- Esta Vuelta al cole, marca todas tus cosas con Bienpegado - agosto 24, 2023
- Explorando la distrofia muscular de Duchenne: conozca los indicios clave, los síntomas predominantes y la urgencia del diagnóstico precoz - agosto 1, 2023
- Tus hijos se divierten con Lingokids: el método PlaylearningTM hace que aprender inglés sea un juego durante el verano - junio 22, 2023
anya dice
Yo estoy igual tiro demasiado de tarjeta de crédito, tengo que empezar a ahorrar más, y tener menos caprichos
Mamá y maestra dice
Todo se puede con constancia y paciencia, deseo que pronto lo logres.
Viviana #soymama blog dice
Recuerdo todo este tiempo de conocernos, de cuando me contabas sobre tus deudas y de como te estabas esforzando para pagarlas, de los sacrificios y desvelos.
Y ver como han avanzado, me llena de orgullo. FELICIDADES!!!