Es cuando se producen rupturas traumáticas en el lazo afectivo entre el niño y su madre o padre desde las etapas más tempranas, causadas por: abandono, maltrato, separaciones, niño adoptados, niños que han estado en incubadoras, etc.
En la actualidad se conoce que tiempos insuficientes o de mala calidad pueden determinar en nuestros pequeños, inseguridad, miedos, retraimiento extremo y malas conductas que cursan con hiperactividad, déficit atencional e impulsividad entre otros.
Pero no siempre hacen falta grandes traumas para que un niño pueda desarrollar problemas de vinculación. Las largas horas de trabajo de muchos padres, los sustitutos temporales, la guardería en etapas anteriores a 2 años, no facilitan que se establezcan los tiempos y la calidad de relación que muchos niños necesitan.
Estos niños suelen poner a prueba constantemente el amor de sus padres mediante exigencias, manipulaciones, mentiras e, incluso, utilizando comportamientos agresivos y violentos hacia otras personas o a sí mismos.
Otros niños presentan somatizaciones frecuentes (dolores de cabeza, supuestas enfermedades para conseguir la atención de la madre). Pueden aparecer manifestaciones verbales del tipo “nadie me quiere” o “me gustaría morirme.” De hecho un trastorno del vínculo puede derivar hacia un cuadro depresivo.
Se deben modificar algunos elementos en la dinámica familiar, como:
^Hay que potenciar espacios de comunicación diaria con el niño y priorizar la calidad versus la cantidad en la interacción.
^Fomentar que explique sus sentimientos y emociones (tristeza, alegría, etc.) más que lo que ha hecho (jugar, ir de excursión, etc.).
^Marcar claramente las consecuencias de las conductas que queremos corregir pero, cuando ocurre la conducta, no le gritemos ni intentemos pedirle explicaciones, o razonar lo sucedido. Eso debe hacerse al estar calmados.
^Rechazar las conductas inadecuadas del niño, nunca al propio niño. Es decir, le diremos que se ha portado mal pero no que es un niño malo, desobediente, etc.
^Intentar incrementar el tiempo de ocios juntos.
^Recordarle cuanto le queremos y lo importante que es él para la familia. Darle protagonismo y saber alabarle la conducta o el trabajo correcto inmediatamente después que lo lleve a cabo.
^Si hay problemas de impulsividad o atención, podemos incorporar juegos que fomenten la demora de la respuesta y el pensar antes de actuar.
Foto: Mario Antonio Pena Zapatería licenciada como CC by-sa
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Silvia dice
muy buen post y muy buen resumen! me ha gustado mucho!