Es muy común que en las mañanas siempre andemos corriendo de un lado a otro para llegar temprano a nuestras actividades, preparamos todo y salimos de prisa, pero ¿Qué pasa con el desayuno?
A veces llevamos algo para comer durante el día o en el camino, pero esto es un mal hábito que estamos transmitiendo a nuestros niños. Es increíble que haya pequeños que comen algo hasta la hora del recreo, es decir, alrededor de las 10:30 am, o sea que desde la cena pasan más de 12 horas sin que algo caiga en su estómago.
Como mamás, debemos recordar que el desayuno es un punto clave ya que la evidencia científica indica que la omisión del desayuno favorece la aparición de obesidad infantil, un problema que por desgracia es cada vez más común en nuestros días y que está fuertemente relacionado con malos hábitos de alimentación y una actividad física sedentaria.
Además de ser un mal hábito, el no desayunar conlleva algunos riesgos para nuestros niños, ya que cuando no hay alimento en el estómago debido al ayuno, el cuerpo reacciona para compensar la falta de energía, lo que deriva en importantes problemas para la salud:
- Alto riesgo de padecer obesidad y sobrepeso: Se ha comprobado que entre menos días desayune una persona, el riesgo de padecer sobrepeso u obesidad aumenta. Esto ocurre porque el cuerpo interpreta el ayuno como una situación de desequilibrio a la que hay que hacer frente ahorrando energía en vez de quemarla.
- Alteraciones en el metabolismo: Cuando un niño no desayuna, disminuyen sus niveles de azúcar, ocasionando que el cerebro no tenga la energía suficiente para funcionar bien, que el corazón lata más rápido de lo normal y que los músculos se debiliten y no trabajen de la misma forma.
Todo esto trae consecuencias en la vida de los niños como:
-Dificultades para concentrarse y mantener la atención.
-Se fatigan fácilmente.
-Problemas para aprender.
Por lo tanto, es muy importante ofrecer un desayuno completo todos los días, que incluya cereales, fruta y leguminosas o alimentos de origen animal.
Hay varias cosas que puedes hacer para que la hora del desayuno sea más agradable para tu pequeño:
- Procurar que los alimentos sean frescos y de varios colores para que estén más apetitosos.
- Deja que tu hijo participe en la preparación de la comida para mejorar sus hábitos.
Procura que la presentación de los platillos sea atractiva.
Permite que pruebe nuevos alimentos, recuerda que es normal que rechace algunos de ellos. Intenta darle a tu hijo el “buen ejemplo” comiendo alimentos saludables.
Siempre que sea posible, promueve que la familia se reúna en el desayuno.
Ahora ya sabes, que tus niños nunca salgan de casa sin desayunar!
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Foto: Donnie Ray Jones
Multitasking de nacimiento, busca encontrar el equilibrio entre la vida profesional y el hogar y cree que un mundo mejor es posible, si se empieza desde casa.
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