37 semanas de embarazo, falta muy muy poco para tener a este bebé entre mis brazos. Probablemente unas 3 o 4 semanas más, si es que no me quieren obligar de nuevo a tener una cesárea programada.
El bebé
Creo que se mueve poco y lentamente, a veces siento sus codos y talones sobresalir de mi pancita, también me empuja del lado de las costillas logrando que se me dificulte respirar en ciertas posiciones. Cada día lo siento más abajo, como que la panza se me cuelga un poco, supongo que es señal que va bajando para nacer, que emoción. Reacciona mucho ante la música y la voz de su hermanita.
La mamá
Más cansada que nunca, siento que me agoto muy rápido al caminar, ya casi no me puedo agachar para hacer cosas, pero sigo en marcha porque tengo una hija que cuidar, llevar a la guardería y atender, además de otras ocupaciones que me han mantenido activa. De verdad que a veces creo que estoy más ocupada ahora que cuando trabajaba, supongo que porque me he dedicado a sacar los pendientes que tenía.
Tengo que confesar algo. Estas últimas semanas siento que pierdo la paciencia constantemente con mi hija, ha estado muy demandante de atención, en la guardería a veces no sigue las reglas y es una queja constante, la verdad que me da mucha pena pero he llegado a gritarle, no le pego ni pienso hacerlo pero en mi desesperación he llegado a llorar a su lado. Hay días en que de verdad no sé que más hacer, es difícil estando tan lejos mi esposo, en las tardes sólo estamos ella y yo, así que no hay periodos de descanso, me gustaría sacarla al parque o de paseo más seguido, pero me da temor que si sale corriendo no pueda alcanzarla y algo le pase. Ha sido muy complicado.
Por estas situaciones y muchas cosas más es que a veces me sorprendo con miedo a tener otro hijo. ¿Voy a poder con los dos? ¿Cómo le hacen las mamás múltiples? ¿Soy capaz de cumplir con todo?
Platicando con unas amigas acerca de esto, llegamos a la conclusión de que la frase “Para criar a un hijo hace falta una tribu” es más que cierta. Necesito a mi esposo cerca, mis padres me ayudan en lo que pueden, pero ellos también tienen sus compromisos hechos, nosotros llegamos de imprevisto a instalarnos temporalmente. Continúo con la terapia y una de las tareas es que me deje de dar pena pedir ayuda, no soy superwoman y poco a poco me estoy animando a pedir lo que realmente necesito sin esperar a que se den cuenta que lo ocupo, hasta ahora me ha aligerado un poco la carga, pero sigue habiendo momentos en que no puedo más.
¿Cómo les va con más de un hijo? ¿Alguna vez han perdido la paciencia? Cuéntenme cómo lo llevan en sus comentarios.
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