Uno de mis temores más grandes como mamá es hacer mal mi trabajo de crianza, es decir, que ellos no sean felices y al final terminen odiándome.
La verdad es que muchas de las cosas que hago se basan en este miedo interno que tengo. A veces me detengo un poco cuando tengo que poner límites o pienso demasiado al elegir algo que determinará su futuro, como a qué escuelas entrarán o que actividades extraescolares realizarán.
Creo que muchas mamás viven como yo, con esta incertidumbre interior que ataca de vez en cuando y nos hace querer hacer todo lo posible porque nuestros hijos nos amen por la eternidad. Yo no era consciente de esto, hasta que en una plática de amigas alguien lo confesó e inmediatamente me sentí identificada. Sin embargo, no pude encontrar la forma de equilibrar este temor escondido con la crianza con apego, me sentía un poco perdida.
(El artículo completo fue escrito originalmente para Disney Babble)
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