En estos momentos de aislamiento, es cuando las familias empiezan a replantearse su día a día. El objetivo es intentar adaptarse a la situación de la mejor manera posible y los núcleos familiares con hijos tienen la mira puesta en la educación, sin más remedio. Se desconoce cuándo los más jóvenes podrán retomar las clases en los centros escolares y por ello es que sus tutores legales buscan soluciones durante este tiempo. Los recursos de la administración nacional para continuar con el desarrollo educacional son de agradecer, pero hay muchos padres que dudan de su eficacia. Sobre todo en materias como el inglés, que ocupa un espacio bastante limitado dentro del proyecto gubernamental.
La búsqueda del bilingüismo en casa comienza a ser una opción, muy necesaria además en un territorio como México. Esa doble vertiente idiomática está costando que se de en las escuelas, sobre todo por falta de maestros con formación en lengua anglosajona. Según el estudio “Principales Cifras del Sistema Educativo Nacional” de la SEP, aproximadamente el 15% de los profesores desconoce por completo el inglés, mientras que en torno a la mitad de los docentes de enseñanza básica no tienen recursos lingüísticos suficientes para enseñarlo. Además, según las cifras de un estudio de Mexicanos Primero, en la República hay un maestro de inglés por cada 400 estudiantes, aproximadamente. Imposible fomentar el bilingüismo así.
Es cierto que de un tiempo a esta parte la educación está en proceso de cambio en México y que el inglés está en el foco de forma permanente. Se buscan fórmulas para instruir a los maestros y que México pueda llegar a ser un país bilingüe, con un país vecino como Estados Unidos tan cerca y con la gran cantidad de posibilidades que abren los idiomas en el mundo laboral en estos momentos. Pero mientras esos avances se dan de forma muy lenta, los padres pueden empezar a fomentar en sus hijos esa enseñanza bilingüe. Hay algunas consignas que son básicas y otras que dependerán del grado de imaginación que le ponga cada padre y cada madre.
Medidas útiles
Lo primero que los padres deben hacer es empezar a comunicarse con sus hijos en este idioma, lo más pronto posible. Hay informes que confirman que con apenas unos meses de vida, los bebés ya son capaces de diferenciar unos sonidos en un idioma y en otro, incluso con mayor precisión que las personas adultas. Con lo cual, si tu hijo es pequeño no dudes en empezar a enseñarle sonidos en inglés. Y si es más mayor tampoco hay problema. El fomento de la charla en otro idioma es beneficioso, incluso aunque no se tengan unas nociones anglosajonas importantes.
Miriam Eslava, directora de la plataforma English and Families, lo confirmó en una entrevista concedida a la web Bebés y más: “La idea principal es integrar el bilingüismo desde la cotidianidad. Tendemos a pensar que el padre o la madre que aporta la segunda lengua, tiene que ser nativo o tener un nivel muy alto de ésta, y normalmente esta afirmación es correcta, pero no 100% efectiva. Puede haber casos en que, aún habiendo un muy alto nivel de inglés de uno de los progenitores, se crea una barrera emocional que impide hablar inglés a tu hijo. Lo importante es seguir fomentándolo”.
La idea no es solo crear escenarios de bidireccionalidad, también se puede enseñar a través de actividades de aprendizaje útiles unidireccionales. En televisión o en Youtube vamos a encontrar vídeos a través de los que podemos hacer que nuestros hijos se habitúen a los sonidos del inglés y eso les ayudará después al habla. La clave es hacer esto entretenido, no solo escuchar por escuchar. En este caso las famosas series en versión original ayudan a ello e incluso luego puede comentarse en inglés la trama de las mismas y buscar las palabras en las que hayan tenido alguna duda de significado. Es una fórmula que se puede volver bidireccional.
Tener libros educativos en inglés para que los niños puedan leer también es clave. Así no solo escuchan, sino que también ven de cerca las palabras y se habitúan a utilizarlas. Otros materiales de aprendizaje también se pueden tener en casa para complementar esta tarea, como juegos de mesa. Aunque la tarea pendiente para los padres más importante va a ser siempre ser constantes. Hay que ir poco a poco y ponerle mucho empeño para que las cosas funcionen. No todos los niños aprenden idiomas al mismo nivel, por lo que no hay un tiempo exacto. Será necesario ir concepto a concepto, algunos con carácter más general y otros más específicos, enfocados a la comunicación en lugares determinados. Son lo que se denominan lecciones que toda escuela de inglés posee. Y es un buen ejemplo a seguir en casa.
Errores comunes
Como en todo proceso, hay decisiones que se suelen tomar en padres de manera común y que no son acertadas. Son cosas que se deben evitar. Una de las más claras es tener el pensamiento de que es demasiado tarde para dirigir a tu hijo hacia el bilingüismo. Nunca es tarde, los seres humanos somo capaces de adaptarnos a todo. Tan solo hay que establecer unas rutinas y seguirlas, se tenga la edad que se tenga.
También se puede dar el caso de padres obsesionados con comprar todo tipo de materiales y esparcirlos por el hogar para que el niño se mueva en un ambiente anglosajón. Esto no tiene por qué funcionar. Saturar al pequeño tampoco es una buena idea. De hecho, es preferible dar unas pequeñas nociones que sean concisas, antes que llenarlos de información que no les sirva para nada. A veces, menos es más. Al igual que tampoco es necesario estar traduciéndole todo a todo momento. Con que el niño se quede con una idea general de las cosas es suficiente.
Y sobre todo no hay que presionar al hijo a hablar en público. A veces nos obsesionamos con que demuestren ante otro familiar o amigo lo que está aprendiendo. Es mejor dejarle su espacio y que se exprese en un ambiente de confianza en el que se vaya desarrollando. Habrá tiempo para que proyecte todo ese conocimiento al exterior.
¿A ti te gustaría que tu hijo fuera bilingüe? ¿Qué estás haciendo para lograrlo? Cuéntame en los comentarios.
Multitasking de nacimiento, busca encontrar el equilibrio entre la vida profesional y el hogar y cree que un mundo mejor es posible, si se empieza desde casa.
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